Mi nombre es Nadia, y nací en el maravilloso "Reino de Granada", lugar de encuentro de artistas, filósofos, bohemios, especialistas en medicina y también de diversidad cultural y religiosa. Una ciudad con un clima continentalizado, con mínimas cercanas a los 0 grados en invierno y máximas de hasta 40 en verano; en ella puedes disfrutar de un día soleado en la playa o de un día de nieve en sus montañas.
Este era el escenario en uno de mis peores días tras un año de desesperanza. Intentaba encontrar una solución y pensaba en cómo localizar a "Carmen del PIJ" para hacerle una pregunta que nada tenía que ver con mis problemas. Así, después de salir del Mercadona, un día de lluvia, pensando en Carmen mientras le pedía a Dios un cambio radical... escuché a alguien justo a mi lado, parada en el semáforo. Era ella.
Sin darme cuenta, en una semana tenía nuevas ideas, sueños y expectativas. Había enviado mi currículum a un proyecto que me encantó, aunque no calibré del todo cuánto difería de todo lo que conocía. Sorprendentemente, en unas tres semanas fui aceptada y comencé a preparar mi viaje con alegría e ilusión.
Así llegó el domingo 3 de febrero. Tomé mi autobús, me despedí de tres personas que me han demostrado su amor, si no su aprecio, y me embarqué en la aventura de viajar sola por primera vez.
A la mañana siguiente, medio dormida, llegué a la estación de autobuses de Viljandi, una pequeña ciudad del sur de Estonia de unos 20.000 habitantes (en contraste con los 490.000 de toda el área metropolitana de Granada... ¡Vaya cambio!).
Esta pequeña ciudad es llana, con un gran lago, bellas ruinas y temperaturas que pueden llegar hasta -30 ºC en invierno y 30 ºC en verano.
Es una ciudad cultural gracias a su Facultad de Cultura (Tartu Ülikooli Viljandi Kultuuriakadeemia, una extensión de la Universidad de Tartu). Tiene mucha naturaleza, incluso en pleno centro urbano. Yo vivo en el centro, cerca de un parque grande con un río bonito, y a solo 10 minutos hay un lago enorme... congelado. Si quieres ir a la piscina, tienes que recorrer una carretera de 30 minutos, rodeada de bosque, hasta el otro lado de la ciudad, que parece otra por completo.
Algo que me sorprendió mucho, considerando su tamaño, es que tiene varios cementerios. El principal y otros, como el cementerio ruso, que no tiene verja ni muro, está en medio del bosque y parece sacado de una película de terror.
Bueno, hasta hoy esta ha sido mi historia:
El primer día, junto a mi compañero Lasha, salimos a conocer la ciudad. Justo al entrar en el parque, una gran bandada de patos vino directamente hacia mí (modo película de terror otra vez), y acabamos corriendo en fila hacia la salida del parque... ¡Buena bienvenida!
Después del cumpleaños de mi compañera de piso, con cena típica alemana, una mujer de nieve gigante y sauna en casa... aún sin haberme acostumbrado del todo, el lunes siguiente tomé el bus para mi "On-arrival training" en Haapsalu.
Haapsalu está al oeste de Estonia, ¡y es hermosísima! Con un mar... también congelado. Es muy famosa por sus aguas y por su fango, que tiene propiedades curativas. Allí conocí profes y compañeros que hablaban español :) ¡Bien! Así que cuando no me enteraba de algo, siempre tenía ayuda.
Justo regresé del "on-arrival training" y a los pocos días fue mi cumple... Con pizza casera (con patatas, pollo...) y un pastel gigante a 1,90 €. Ese mismo día, quedé con una compañera voluntaria, Lilia, de Alemania. Es curioso: me perdí justo en la puerta de su casa, y una mujer muy amable me montó en su coche y me hizo un tour por Viljandi buscando la calle Kagu. Paraba a preguntar a cada persona que encontraba... todos se reían en estonio. Finalmente, descubrí que me había perdido justo en la puerta.
Correos abiertos hasta el sábado, supermercados los domingos, gente riéndose cuando te caes, fotos del DNI gratis... XD
Empezamos a ser más sociables, cenas en casa de Lilia (barbacoas en mitad de la nieve incluidas), sauna... y correr medio en pelotas a la calle (o del todo) para echarte nieve... ¡una locura! o.O
Tirarte en trineo, pese al miedo... y el sol que hay aquí, que es helado, resumen muchas de las experiencias hasta hoy. Ah, y entrar en el coro de la facultad de Viljandi, e ir a la piscina (que parece cálida, pero está helada), y las clases de estonio en la mejor cafetería de Viljandi :)
En el trabajo todo va muy bien. Trabajo a las afueras, frente al hospital, en Jaagu Lasteaed-Põhikool, en una de las casas donde atiendo a ocho pequeños de entre 6 meses y 14 años. Son (nombres cambiados): Ragne, Dellu, Reelika, Sulev, Siiri, Tiina, Andrus y Maie. Algunos están allí por problemas personales o familiares. Siiri y Tiina son autistas; Siiri se autolesiona si no actúa hacia los demás, pero es preciosa. Andrus tiene varios problemas físicos y necesita mucho cariño; Tiina es un ángel; Maie es un bebé prematuro, muy tranquila y guapísima.
Los profesores, aunque no entienden todo lo que digo, me ayudan muchísimo. Mi tutora dice que están muy contentos conmigo, y eso me hace feliz. Me hace sentir que hago bien mi trabajo y me ayuda a llevar mejor la nostalgia de mi querida ciudad.
He aprendido a alimentar por sonda, dar masajes especiales, administrar ventolín con máquina, y limpiar vías olfativas para evitar que Andrus se asfixie. Con las niñas con autismo, me acerco con cuidado, observando, con cariño, esperando a que ellas quieran interactuar. Con los demás niños, voy anotando frases útiles y aprendiéndolas poco a poco. Ya entiendo varias frases completas.
Últimamente, usamos el portátil para buscar los dibujos que les gustan, reproducirlos, bailar con Just Dance en YouTube, cantar y ver películas infantiles en varios idiomas (mejor si es estonio, pero les encanta todo).
He probado mil formas nuevas de comer patatas, con salsas nuevas... El kohuke (¡lo amo!), el kohupiim (dulces) y el kodujuust (¡buenísimo!).
En eventos, fui al teatro el 24 de febrero (Día de la Independencia) y hace unos domingos cantamos a personas mayores expatriadas o afectadas por la guerra. Hoy fui a Tallin a ver el ballet de Blancanieves y los siete enanitos. Fue emocionante, uno de mis deseos cumplidos :D
También hablé con el centro juvenil local para desarrollar algunas ideas de proyectos. Aún está difícil hasta verano, pero tengo propuestas interesantes.
¡Espero que os haya interesado todo esto! Sé que es mucho, pero deseo que os guste saber cuánto se puede hacer y descubrir aquí. Y también que veáis más allá del estereotipo de los estonios "cerrados y antisociales" ;)
Nota final: del 25 al 28 de julio se celebra el Folk Music Festival de Viljandi, uno de los eventos más importantes del país. ¡Si alguien está cerca o quiere asistir, ya lo sabe! ¡Será increíble!
Un saludo, besos y abrazos desde Viljandi ❤
(Los nombres han sido cambiados para proteger la privacidad de los niños y niñas)




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